Hoy en día, muchos son los padres que se encuentran con el dilema de cada verano: ¿es conveniente que mis hijos hagan los deberes durante las vacaciones?
Siempre hay opiniones diversas, todas con cimientos, y no sabemos si estamos haciendo el correcto, tanto si decidimos si, como si decidimos no.
¿Con qué de las siguientes afirmaciones te sientes más identificado?
- Los niños tienen el mismo derecho a descansar que los profesores y los padres. Tienen derecho a estar tranquilos en la playa o en la montaña, en un verano sin obligaciones.
- Si en verano seguimos comiendo cada día, ¿por qué no hacer también cada día un ejercicio intelectual?
Deberes en verano: si, de forma acordada al nivel educativo y con el consenso más grande posible entre padres, profesores y centro escolar.
Muchos profesionales coincidimos en que, en casos de niños que van flujos en alguna materia o con asignaturas pendientes por el curso que viene, estudiar es imprescindible. Pero, incluso en este caso, es conveniente que disfruten de unos días de total *relax después de acabar las clases, para desconectar y recargar pilas.
¿Y, en caso de los niños que han llevado bien el curso? Considero que las familias tienen que encontrar la manera de mantener el intelecto inquieto, ya sea leyendo libros, haciendo actividades culturales, haciendo deporte y diferentes actividades de ocio. Es diferente que sentar ante un libro y posarse a hacer matemáticas, naturales o sociales.
Cómo todo el mundo, los niños, hayan aprobado o no, se merecen unos días de libertad total.
Los expertos aseguran que si el estudiante lo ha hecho mal durante el curso escolar, tiene que tener como mínimo seis días de descanso cognitivo. En cambio, los que lo han superado con éxito se pueden permitir hasta dos semanas inactivos.
A partir de los 15 días se tiene que recuperar la rutina, puesto que si no, llegar en septiembre es un cambio muy fuerte y corremos el riesgo que se queden atrás.
Pero, concretamos algo más. ¿De qué deberes o tareas escolares estamos hablando?
Considero que es importante (si decidimos hacer deberes) que las tareas no sean sistemáticas o repetitivas. Si un alumno suspende, no sirve de mucho posarle sumas y restos. La familia se tiene que esforzar en que las actividades sean lúdicas, para crear unos hábitos, de cara en el curso que viene.
Mi consejo: mantener la actividad intelectual y física. Más allá de sí, se cree que los conocimientos se olvidan o se mantienen, por el hecho de mantener/adquirir el hábito de dedicar un rato en el día a cuidar de la propia mente. Si se acostumbran a dedicar 30 minutos en el día a hacer alguna actividad Intelectual, no se los hará difícil trabajar cada día después de la escuela y habituarse a trabajar con antelación. Además, el verano es un buen momento para trabajar y potenciar los puntos más débiles. ¿Quieres saber por qué? ¡Consulta el artículo del blog que habla sobre las ventajas de estudiar en verano!
En Aprende a estudiar realizamos sesiones personalizadas en verano, con materiales innovadores sobre los que trabajar de forma creativa para trabajar muchos aspectos intelectuales, no solo lectura y comprensión.
¡Si quieres más información sobre qué deberes están más indicados por los puntos a potenciar de tus hijos, no dudes al consultarme!